1º) ¿Cómo te surgió la idea de titular tu primer poemario Delirios de campanas y cinceles?
El título viene dado por algo muy cotidiano que está en cualquier joven. Yo pertenezco a esa “generación perdida” de estudiantes, de pequeños burgueses, que han terminado sus estudios universitarios y se han quedado contemplando el ocaso de su vida. A consecuencia de esto, en mi caso, me tiraba a la noche, la saboreaba hasta la última gota, para amanecer al día siguiente con un taladro en la cabeza, que son esas campanas y cinceles golpeándote en la sien hasta desesperarte y volverte loco, y qué mejor manera de aparcar tu locura que escribiendo tus neuras sobre un papel para encontrar una paz interior y un equilibrio que te haga continuar día tras día. Por tanto, en el libro hay delirios de campanas y cinceles, ideas y pensamientos escritos en días interminables precedidos por noches infinitas.
2º) ¿Dirías que tu poesía es un encuentro contigo mismo?
Se podría decir que sí. Cualquier persona en su vida necesita mirarse bien adentro para llegar a conocerse realmente. Yo todavía no me conozco lo suficiente, y a veces, incluso me doy miedo y me odio muchísimo. Este poemario es una especie de catarsis, un encuentro espiritual entre mi persona y el “yo poético”, una estrecha relación de amor-odio en el que desgrano una serie de vivencias y pensamientos con los que cualquier ser humano se puede sentir identificado. Creo que un buen poemario o una buena novela tienen que estar escrita a través de la experiencia, de los momentos que se han sentido en carne viva en este circo al que llamamos vida. Escribir te hace combatir tus miedos y tus pasiones, revivir los recuerdos y exprimir la memoria hasta dejarla tiesa. Nunca me he parado a dar rienda suelta a la imaginación ni a lo fantástico, porque no tengo ni idea de cómo se hace eso, y me parecería un acto hipócrita. Yo como lector no quiero que me engañen, y me gusta leer cosas realistas, cosas que te podrían pasar a ti mismo, y eso es lo que he estado buscando en este poemario, encontrarme a mí mismo y escupir una por una las historias que me han pasado dentro de la cotidianidad. Claro está, esto tiene su peligro, y es desnudarte ante el lector, y estar expuesto a ser juzgado. Creo que es más pudoroso y obsceno desnudar tu alma que desnudar tu cuerpo, pero no se escribir de otra manera.
3º) ¿Por qué elegiste el género poético y no el narrativo para escribir tu primer libro?
Creo que en poesía, lo que cuentas en un poema, es mucho más sincero y difícil que en cualquier obra en prosa. Pienso que a través de la poesía, los sentimientos afloran de forma brutal: el amor es más intenso, el desamor más doloroso, la denuncia social más rebelde, la muerte es más trágica… Todo el mundo es capaz de escribir, cada persona lleva un pequeño escritor dentro. El convertirte en escritor es más difícil, tienes que darle forma a lo que piensas y lo que sientes, y creo que la poesía es mucho más difícil que la novela. Por tanto, en mi experiencia personal, he perdido la virginidad con la poesía porque llevaba mucho tiempo cortejándola, desde los 16 años llevo escribiendo poesía y nunca me había decidido declararme hasta ahora. La poesía es un género devaluado, lamentablemente. Creo que hay que crear una serie de poesía que se aleje de lo estético y de lo bello, que entierre lo barroco y abordar una nueva desde los problemas actuales, para que las personas se interesen más y se consuma mejor, y que llegue a un público lejos de los ámbitos académicos y de la pedantería con la que siempre ha sido relacionada.
4º) ¿Sigues algún proceso a la hora de escribir un poema?
Generalmente no. Nunca he sido partidario de una metodología a la hora de escribir. Hay que pensar que escribir es un hobby, y no un trabajo. Quien piense que con escribir tres poemas y unos relatos es un escritor, es un puto iluminado. Nunca he creído en sentarme delante de un ordenador o máquina de escribir y decir: “voy a crear un poema”. Los poemas forzados nunca son los más sinceros. El único proceso que puedo seguir es, como he dicho antes, a través de mi experiencia, de lo que veo a mi alrededor. Aunque parezca de antaño o clasicista, voy anotando en cada momento ideas, en el contexto de este mundo que me rodea, y de ahí si sale el cuerpo de un poema. Mis poemas se escriben desde las tripas, la desesperación, el quejío de un cantaor flamenco, el llanto de un niño cuando no tiene el pecho de su madre…Es un toque de atención a lo más clásico y lo más académico, para promulgar que existe otro tipo de poesía menos formal y más auténtica y acorde a los tiempos que corren.
5º) Delirios de campanas y cinceles ¿Estamos ante un poemario autobiográfico?
Decir que algo es autobiográfico me parece muy atrevido. Como he estado explicando antes, el poemario está compuesto por experiencias, por “vivencias de puño y letra”, porque no se escribir sobre otra cosa. Aunque contestando a la pregunta, no es que sea autobiográfico, diría que es “excesivamente autobiográfico”. Soy ese tipo de persona que escribe por necesidad, y no por placer ni por el deleite del lector. En este libro se habla de desamor, de sexo, de reflexiones existenciales, y de la mujer, sobre todo de la mujer, con sus pros y sus contras. Es un libro dedicado a la mujer, y a todas las mujeres que me han dejado formar parte de su vida. Por contar una anécdota, cuando mi madre terminó de leer el libro me preguntó si mi vida era tan triste, y que parecía ya una persona mayor con mucha experiencia por lo que cuento. Mi vida no es tan triste, pero soy un tipo al que le gusta coleccionar fracasos y removerlos hasta la saciedad. Me siento muy bien en ese campo, pero siempre me gusta darle un toque esperanzador e irónico. Las personas que no saben reírse de sí mismas nunca llegarán a conocer, aunque sea de lejos, la felicidad. El “yo poético” se ridiculiza en este libro, y por ello creo que no es tan triste. Creo que los poemas están llenos de experiencias que le pueden ocurrir a cualquiera, pero que nadie se atreve a decir ni a utilizar un lenguaje tan directo como el que aparece.
6º) ¿Qué es para ti ser poeta y qué ha aportado la poesía a tu vida?
Para mí ser poeta no significa absolutamente nada. Es más, no me considero ningún poeta, creo que esa palabra está sobrevalorada. No soy nada más que un tipo que escribe sus pensamientos, más cercanos a la locura que a la cordura, y punto. No me gustan los poetas, y menos los poetas que se “creen poetas”. Yo los llamo pseudo poetas. La gente que dice ser poeta es porque aspira a serlo, pero en realidad no lo es. No me imagino a Walt Whitman o a Arthur Rimbaud presumiendo en su vida de ser poetas. Conozco muchos pseudo poetas que lo que hacen es prostituir a la poesía, utilizarla para conseguir fines personales, encandilar la “chica con pocas luces” que cree que ha ligado con un poeta que en realidad escribe diarrea sobre un papel higiénico. Por tanto, para mí ser poeta significa vacío existencial, la nada.
En cuanto a que ha aportado la poesía en mi vida, es otro tema muy diferente. La poesía me lo ha aportado casi todo, o más. Desde muy joven empecé a leer poesía, y sobre todo, la poesía que hablaba más desde las tripas que desde el corazón. Me fascinaba cómo alguien podía escribir algo tan triste y hacerlo a su vez tan hermoso. Me regocijaba con las palabras de los poetas, las asimilaba y me imaginaba cada historia o suceso que contaba. La poesía ha marcado mi personalidad, gracias a ella veo un mundo más metafórico, y a su vez, más obsceno. Me encanta leer poesía, conocer a nuevos autores (que realmente valgan la pena) y leer y analizar los poemas hasta altas horas de la madrugada. Yo soy licenciado en Teoría de la Literatura, y quizás, tenga una visión más detallada sobre la poesía y su análisis. Pero lo que realmente me embruja son las reflexiones personales de cada autor, su juego de palabras y su temática. Los simbolistas franceses han marcado mi gusto por la poesía, y creo que es el mejor movimiento poético hasta ahora. La poesía me ha aportado mucho, pero sólo a nivel personal, nunca la he utilizado ni la he prostituido como he señalado anteriormente.
7º) ¿Qué hay detrás de la ironía de algunos de tus poemas?
La ironía y el humor son esenciales en la vida. Como dije antes, uno tiene que aprender a reírse de sí mismo. En este poemario hay mucha ironía y mucho humor. Creo que es necesario plasmarlo, pienso que hay que desmitificar lo grandilocuente y lo bello. La etapa del Modernismo o de la Generación del 98 ha quedado atrás, está obsoleta. No quiere decir que no se tenga en cuenta, pero son tiempos de hacer una poesía en consecuencia con este mundo actual, este mundo enfermo que se mueve más rápido en el que parecen que los cambios se quedan estáticos. En el poemario también hay encubiertas denuncias a la sociedad, de manera irónica, como un punto de inflexión para despertar del letargo en el que se instaura la muchedumbre. También se trata al amor de esta forma, o al desamor, en mayor medida, para despertar de ese estado en el que cuando se rompe una relación, afrontarlo desde la serenidad y el humor para salir adelante. La ironía está muy presente, y es uno de los puntos más fuertes del poemario.
8º) ¿Qué importancia le das al amor en tu obra poética?
Absolutamente toda. El amor es lo que nos mueve, lo que nos quita el hambre, lo que nos hace llorar y lo que nos hace andar por las aceras como idiotas con una sonrisa estúpida. El que diga lo contrario, miente, miente como un bellaco. Las personas que dicen que están mejor solas se engañan a sí mismas. Es bueno saber convivir con la soledad, y necesario, pero en el fondo, todo el mundo tiene auténtico terror a quedarse sólo. Está en la psique del ser humano, no lo digo yo. Desearía que fuera de otra manera, pero no es así. Yo soy una persona, por encima de todo, romántica. Me gusta estar enamorado, pero disfruto incluso más con el desamor. Por el amor se cometen crímenes, se renuncia al trabajo de tu vida, se abandona familia y amigos. El amor es una puta enfermedad, es la peor de todas. Lo esencial es encontrar el equilibrio. Pero es muy difícil, porque es un sentimiento muy enérgico. Derrochas toda tu energía y haces caso omiso al resto. En el 90% de los poemas aparece el amor o variantes del mismo, como el desamor, el sexo, las relaciones de pareja, los celos…Quizá sea un poemario muy monotemático, pero como dije antes, es algo real, que le puede pasar a cualquiera, y todo ser humano ha pasado por las fases del amor, y pueden sentirse identificados con ello. En este libro pueden aparecer poemas que hablan de más de diez mujeres diferentes, y que quizás no haya estado enamorado de todas, pero en su momento tuve un sentimiento puro y sincero hacia ellas. El amor y la mujer son mis impulsos, mis traumas y mis pasiones, tanto en la vida real como en la poesía.
9º) ¿Hay alguna lectura o escritor que te haya marcado especialmente?
Sí. Toda persona que escribe ha tenido referentes, se ha empapado de libros antes de ponerse a escribir, es algo natural. Recuerdo una anécdota que me contaba un “pseudo poeta” que decía que él no necesitaba leer a la hora de escribir, que no tenía ningún referente literario. Eso es imposible. Luego leí lo que escribió y parecía de todo menos literatura. Como decía Aristóteles en su Poética, todo es un proceso de mimesis, todo funciona como copias o semejanzas de lo que se ha leído. Mis referencias son numerosas y variadas. En narrativa van desde Kafka a Bukowski, pero en cuanto a poesía, el movimiento más influyente ha sido el de los simbolistas franceses, y en especial Las flores del mal de Baudelaire. Creo que ese libro es como el credo de la poesía, todo el mundo debería de leerlo. Es un libro que supuso una ruptura con lo tradicional, donde temas como el amor, la salvación del hombre y la muerte se tratan de forma majestuosa. Además, de los simbolistas, poetas hispanoamericanos como el chileno Nicanor Parra o el español José Hierro también me han marcado a la hora de escribir.
10º) Háblanos un poco de tu futuro proyecto Entre adoquín y adoquín.
Bueno, no hay mucho que contar. Será mi primera incursión en la prosa, y la verdad es que está quedando muy visceral y tierna a la vez. Como no, en todo lo que escribo, tiene mucho de autobiográfica e irá en una línea parecida a lo que aparece en mis poemas, es decir, podremos encontrar amor, sexo, lealtad, humor…Pronto se sabrá más sobre este proyecto, pero creo que va a gustar e impactar al lector.