P.- Poesía sobre todo. ¿Qué tiene de especial este género sobre los otros? ¿Por qué decides empezar el título de la obra con esta frase?
Es cierto que Poesía sobre todo puede interpretarse de distintas formas, pero no se trata de algo excluyente, como poesía y “nada más”.
Tuve la tentación de abrir el borrador del libro y elegir al azar una palabra para encabezarlo, pero no me apetecía hacer juegos surrealistas. Quise inventar varios títulos que aludieran al contenido del libro, a los temas, a las intenciones…, pero mi di cuenta —poco antes de decidir su publicación— que no podía extenderme eternamente en explicar lo indescriptible. Así que decidí cubrirlo todo con una sábana invisible, revestirlo con poesía: poesía sobre todo.
Poesía sobre todo también insinúa la intención última del poemario: a pesar de la miscelánea de asuntos tratados, de formas y de voces, lo importante es la expresión lírica por encima de toda esa amalgama.
P.- Escribes con un seudónimo muchas veces antagónico “Jaco Liuva” que incluso en muchos poemas dejáis comentarios a pie de página los dos, el autor y el alter ego. ¿Por qué surge la creación de este alter ego?
No se trata de un seudónimo realmente, es más bien un alter ego. A medida que iba desarrollando los primeros poemas, me costaba creer que algunos de ellos los hubiera redactado yo y, menos aún, que se pudieran publicar. Y sin embargo ahí estaban. Es como si al escribir hubiera otra persona a mi lado y de vez en cuando tomara las riendas de la creación. El “antagonismo” suele venir después de haber compuesto un texto. Jaco Liuva arrasa con mis recuerdos, con mis sentimientos y mis secretos… y yo tengo que justificarlo, valorarlo, pero no puedo hacer nada para que desaparezca. De ahí los comentarios a pie de página. Otras veces componemos a medias o estamos de acuerdo totalmente… como dos gemelos poéticos.
P.- Llevas muchos años dedicado a la enseñanza de la literatura. ¿Cómo ha surgido en ti la necesidad de la creación poética? ¿En qué momento decides crear y qué es lo que te lleva a la creación?
Siempre he estado rodeado por la literatura, como lector, espectador y aficionado al teatro —pertenecí durante varios años a un grupo de teatro muy activo—. En la época de estudiante “devoré” todos los libros que pasaban ante mis ojos. Luego, como docente, he seguido leyendo —no tan impulsivamente— y he ido afianzando mis gustos y decidido finalmente entrar en ese mundo fascinante a través del difícil, aunque alentador camino de la creación. Pero hasta mayo de 2014 no comencé a hacerlo de manera sistemática, pensando primero en la necesidad de expresarme por escrito y posteriormente, en diciembre, planteándome su publicación. Intento pensar qué pudo ocurrir para que sucediera todo esto, pero no hay nada extraordinario, salvo sentir el impulso de escribir.
P.- Muchos de tus poemas parecen expresarse de manera plástica, algunos incluso parecen dibujar con las palabras. ¿Hay una relación entre la pintura y la poesía? ¿Cómo influyen otras artes en tu poesía?
Siempre me ha llamado la atención la poesía experimental, el juego de palabras y con las palabras. Y, por otra parte, cualquier actividad artística tiene a su alrededor otras artes en las que se apoya. ¿Qué sería del cine sin la música o de la ópera sin una escenografía, sin un decorado? El “arte” de la naturaleza y del universo me ha influido en algunas composiciones y la música también aparece en uno de los apartados del libro como tema de trabajo; el experimento ha consistido en escuchar música, canciones y escribir lo que siento en ese momento. Estoy haciendo lo mismo con obras pictóricas para el segundo volumen.
P.-En tu introducción al libro haces una referencia al esquema de comunicación Jacobson (Emisor-Mensaje-Receptor), incluso hablas de relaciones emisor-numen, emisor-musa, emisor-inspiración, emisor-revelador y finalmente el receptor. ¿Es muy importante llegar a ese receptor final (el lector) para la creación?
En efecto, veo la poesía como un proceso de comunicación cerrado, pero no siempre el autor es el emisor. Todo lo que me rodea ejerce una fuerza tal de inspiración que, en ocasiones, simplemente se trata de ejercer de amanuense, de poner palabras a algo que ya es poesía en sí. En cuanto al receptor, lo considero tan importante que, de no haber publicado este primer libro, posiblemente no seguiría escribiendo. Siento la necesidad de escribir, pero si quedara solo para mí, sería una poesía ególatra o una poética incompleta.
P.- Se nota una influencia de la poesía lusa en tus poemas, ¿Qué otras influencias has tenido? ¿Qué autores te han influenciado en la creación?
Por mi formación, los clásicos están como trasfondo, pero son los poetas actuales quienes mantienen mi interés y mi admiración, sobre todo españoles e hispanoamericanos: Aurora Luque, Javier Lostalé, Amalia Bautista, Andrés Trapiello, Benjamín Prado, Tina Suárez, Jaime Sabines, Ángela Figuera, José Emilio Pacheco, Gloria Fuertes, Luis Alberto de Cuenca, Noemí Trujillo, Rafael Courtoisie, Yolanda Castaño, Joan Margarit … No puedo hacer una lista porque olvidaría a alguien importante seguramente. Tengo una página web titulada “Los mejores poemas de mis poetas favoritos”. En ella presento a más de 130 poetas del siglo XX-XXI y hago un breve estudio de uno de sus poemas. Muchos de ellos han influido en mi obra y, sobre todo, en mi corazón y en mi conciencia.
P.- ¿Estás trabajando en algún otro proyecto más? ¿Habrá un segundo libro de poemas?
Como he dicho antes, ya tengo el segundo volumen y he comenzado el tercero. Quiero que sea una trilogía con Jaco Liuva como protagonista. Pero todo depende del interés que despierte este primer libro. Luego, puede que acabe con Jaco Liuva o él lo haga conmigo, o quizá nos reinventemos.