Entrevista al escritor Fernando de la Rosa tras publicar un libro Cuentas pendientes con la Editorial Poesía eres tú
Después de Anversos, amor, reversos, el escritor Fernando de la Rosa ha publicado el libro Cuentas pendientes con la Editorial Poesía eres tú.
La Poesía es el arte de convertir un sentimiento propio en una emoción ajena.
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P.- ¿Por qué el título de Cuentas Pendientes?
R.- Desde que asomó la llamada “Crisis Económica Mundial”, que en mi opinión no ha sido más que una burda estafa financiera y un muy elaborado timo del toco-mocho, allá por 2007, no he dejado de vivir, sentir y sufrir toda clase de vejaciones, humillaciones y ofensas, tanto como ciudadano como trabajador, por parte de una clase bancaria avariciosa e insaciable, de un sector empresarial pusilánime y despótico, y sobre todo de una casta política corrupta y cómplice, que se adueñaron del cotarro aprisionando a su propio pueblo con un chantaje demoledor que se limitaba a advertir de que quien no le bailara el agua iría a un limbo concienzudamente descorazonador limitado por las premisas “paro, subsidio y deriva”, por un lado, y “abuso, precariedad y bazofia”, por el otro. Y así nos ha ido y nos va. Sé muy bien de lo que hablo, porque lo sobrevivo cada día, aunque aún no lo he (hemos) superado. Tuve (tuvimos) que tragar, eso está claro. No niego que ha habido mucha resignación, muchísima auto-compasión y demasiada cobardía. Pero en mi caso, ya que no podía esperar ninguna ayuda, me quedaba el consuelo de la Poesía. Me vi en la obligación social, moral y ética de cantar, de escribir, de versificar el denodado esfuerzo, el impertérrito sacrificio y el inmenso coraje de Nosotros, los supervivientes, y al menos dejar constancia, para que jamás caiga en el olvido, de que muchos nos aguantamos pero no nos rendimos ante el totalitarismo, la Ley del Embudo, que nos impusieron dichos codiciosos, miserables y cobardes estamentos, y devolverles la pelota en forma de humildes, severos y decididos versos, para así ajustar cuentas con ellos para la posteridad, con la única, eterna y sagrada arma de la Lírica.
P.- ¿Puede ser la poesía, aparte de un arte, un medio de protesta que sirva para denunciar una situación social?
R.- Tras mi primera respuesta, tengo muy claro que sí. Incluso afirmo modestamente que el Arte (en cualquier manifestación, pero me ciño a la Poesía, que es lo que nos ocupa), es la más sincera y noble venganza contra el desamparo, contra la tiranía. Está muy bien que los poetas nos miremos el ombligo y cantemos lo que subjetivamente nos preocupe o duela. Pero también debemos mirar alrededor: ver, comprender y asimilar lo que le sucede a otros, a la sociedad, al pueblo, al mundo. Porque nosotros formamos parte inherente e indisoluble de ellos. También es nuestra labor dar voz a quien no la tiene, a quien no puede expresar sus necesidades y lamentos. Quizás, es nuestra primordial labor. Tenemos que sentir la vibración de la calle, el palpitar de la gente, su respiración y su desaliento, su grandeza y su miseria, su esperanza y su desesperanza. Nuestra mejor poesía no debe ser la que emana nuestro egoísta corazón, sino la que brota solidariamente de la sangre de los demás. Un poeta que no esté comprometido con la realidad que lo rodea, ni es poeta, ni es artista, ni es nada.
P.- Hay una tendencia en la poesía contemporánea que defiende que se puede hacer poesía actual pero guardando las formas métricas clásicas, ¿eres partidario de esa tendencia?
R.- Muchos poetas anteriores pero muy vigentes emplearon dicha fórmula, ¿por qué no yo?… Estoy convencido de que el lector de poesía, en lo que menos repara, es en la estructura que empleo para soportar mi mensaje. No me cansaré de decirlo: no importa la forma, sino el fondo. Formas tan clásicas como un soneto, un romance o unas cuartetas pueden ser más radicales, rebeldes y contestatarias que un verso libérrimo y vanguardista con un contenido hermético, yermo o huero. Es el filo lo que punza y corta, ya sea cuchillo, espada, lanza o flecha. Si la herramienta está roma…
P.- Entre los poemas que denuncian la situación social encontramos poemas alegóricos y poemas a la tierra. Esto es muy común en los poetas andaluces. ¿Te consideras un poeta andaluz no sólo por nacimiento sino porque te identificas con esta poesía?
R.- En este país gustan mucho las etiquetas. Veamos, mis referentes esenciales son Quevedo, castellano viejo; Miguel Hernández, levantino de corazón universal; Antonio Machado, andaluz peregrino con múltiples raíces; e incluso Edgard Allan Poe, norteamericano de musicalidad eterna… Mi poesía bebe de muchos veneros, y me siento muy orgulloso de todos y cada uno de ellos. Ni puedo ni quiero negar mis orígenes, ni puedo ni quiero renegar de sus virtudes y sus defectos. ¡Naturalmente que soy andaluz! Es mi tierra, mi luz, mi carácter, mi sentimiento. Pero, y lo digo con toda la humildad, me encantaría pasar como un poeta con las únicas fronteras de su obra, simplemente. Los adjetivos, que me los cuelguen tras leer mis versos.
P.- ¿Qué te hubiese gustado contar en un poema pero que todavía no has conseguido expresar, porque aún no has encontrado las palabras adecuadas?
R.- Uffffff… La verdad, para lo que no tengo palabras es para contestar a esta pregunta. Personalmente, me limito a aprender y avanzar con cada verso que compongo. Hoy día escribo poemas que me hubieran resultado inimaginables de concebir y plasmar cuando comencé a tomarme en serio la lírica. Y creo que esto mismo le ha ocurrido, le ocurre y le ocurrirá a cualquiera que se enfrente a un papel en blanco sólo con su imaginación, su capacidad y su estilo. Supongo que sólo el tiempo tiene la respuesta.
P.- ¿Cómo ves el presente y el futuro de la poesía?
R.- La Poesía existirá siempre, como existirá la condición humana. Mientras las personas vivan, sientan, sueñen o piensen, la Poesía estará presente. Los medios para expresarla y divulgarla pueden cambiar y evolucionar, pero eso no importa, y a quien se sienta algo poeta, no debe importarle nunca. La Poesía es el arte de convertir un sentimiento propio en una emoción ajena. No hay ni más, ni menos. O eso es lo que prefiero creer.
P.- ¿Estás escribiendo más poemas después de Cuentas pendientes?
R.- Desde luego. La actualidad y mis emociones continúan dándome mucho juego. Sólo pido poder terminarlos con toda y verdadera convicción, con absoluta dedicación y con la mayor belleza que me sea posible. Amén.
Esto ha sido la entrevista al escritor Fernando de la Rosa tras publicar un libro Cuentas pendientes con la Editorial Poesía eres tú
Entrevista a Fernando de la Rosa: “La Poesía es el arte de convertir un sentimiento propio en una emoción ajena”.
Entrevista al escritor Fernando de la Rosa tras publicar un libro Cuentas pendientes con la Editorial Poesía eres tú
Después de Anversos, amor, reversos, el escritor Fernando de la Rosa ha publicado el libro Cuentas pendientes con la Editorial Poesía eres tú.
La Poesía es el arte de convertir un sentimiento propio en una emoción ajena.
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P.- ¿Por qué el título de Cuentas Pendientes?
R.- Desde que asomó la llamada “Crisis Económica Mundial”, que en mi opinión no ha sido más que una burda estafa financiera y un muy elaborado timo del toco-mocho, allá por 2007, no he dejado de vivir, sentir y sufrir toda clase de vejaciones, humillaciones y ofensas, tanto como ciudadano como trabajador, por parte de una clase bancaria avariciosa e insaciable, de un sector empresarial pusilánime y despótico, y sobre todo de una casta política corrupta y cómplice, que se adueñaron del cotarro aprisionando a su propio pueblo con un chantaje demoledor que se limitaba a advertir de que quien no le bailara el agua iría a un limbo concienzudamente descorazonador limitado por las premisas “paro, subsidio y deriva”, por un lado, y “abuso, precariedad y bazofia”, por el otro. Y así nos ha ido y nos va. Sé muy bien de lo que hablo, porque lo sobrevivo cada día, aunque aún no lo he (hemos) superado. Tuve (tuvimos) que tragar, eso está claro. No niego que ha habido mucha resignación, muchísima auto-compasión y demasiada cobardía. Pero en mi caso, ya que no podía esperar ninguna ayuda, me quedaba el consuelo de la Poesía. Me vi en la obligación social, moral y ética de cantar, de escribir, de versificar el denodado esfuerzo, el impertérrito sacrificio y el inmenso coraje de Nosotros, los supervivientes, y al menos dejar constancia, para que jamás caiga en el olvido, de que muchos nos aguantamos pero no nos rendimos ante el totalitarismo, la Ley del Embudo, que nos impusieron dichos codiciosos, miserables y cobardes estamentos, y devolverles la pelota en forma de humildes, severos y decididos versos, para así ajustar cuentas con ellos para la posteridad, con la única, eterna y sagrada arma de la Lírica.
P.- ¿Puede ser la poesía, aparte de un arte, un medio de protesta que sirva para denunciar una situación social?
R.- Tras mi primera respuesta, tengo muy claro que sí. Incluso afirmo modestamente que el Arte (en cualquier manifestación, pero me ciño a la Poesía, que es lo que nos ocupa), es la más sincera y noble venganza contra el desamparo, contra la tiranía. Está muy bien que los poetas nos miremos el ombligo y cantemos lo que subjetivamente nos preocupe o duela. Pero también debemos mirar alrededor: ver, comprender y asimilar lo que le sucede a otros, a la sociedad, al pueblo, al mundo. Porque nosotros formamos parte inherente e indisoluble de ellos. También es nuestra labor dar voz a quien no la tiene, a quien no puede expresar sus necesidades y lamentos. Quizás, es nuestra primordial labor. Tenemos que sentir la vibración de la calle, el palpitar de la gente, su respiración y su desaliento, su grandeza y su miseria, su esperanza y su desesperanza. Nuestra mejor poesía no debe ser la que emana nuestro egoísta corazón, sino la que brota solidariamente de la sangre de los demás. Un poeta que no esté comprometido con la realidad que lo rodea, ni es poeta, ni es artista, ni es nada.
P.- Hay una tendencia en la poesía contemporánea que defiende que se puede hacer poesía actual pero guardando las formas métricas clásicas, ¿eres partidario de esa tendencia?
R.- Muchos poetas anteriores pero muy vigentes emplearon dicha fórmula, ¿por qué no yo?… Estoy convencido de que el lector de poesía, en lo que menos repara, es en la estructura que empleo para soportar mi mensaje. No me cansaré de decirlo: no importa la forma, sino el fondo. Formas tan clásicas como un soneto, un romance o unas cuartetas pueden ser más radicales, rebeldes y contestatarias que un verso libérrimo y vanguardista con un contenido hermético, yermo o huero. Es el filo lo que punza y corta, ya sea cuchillo, espada, lanza o flecha. Si la herramienta está roma…
P.- Entre los poemas que denuncian la situación social encontramos poemas alegóricos y poemas a la tierra. Esto es muy común en los poetas andaluces. ¿Te consideras un poeta andaluz no sólo por nacimiento sino porque te identificas con esta poesía?
R.- En este país gustan mucho las etiquetas. Veamos, mis referentes esenciales son Quevedo, castellano viejo; Miguel Hernández, levantino de corazón universal; Antonio Machado, andaluz peregrino con múltiples raíces; e incluso Edgard Allan Poe, norteamericano de musicalidad eterna… Mi poesía bebe de muchos veneros, y me siento muy orgulloso de todos y cada uno de ellos. Ni puedo ni quiero negar mis orígenes, ni puedo ni quiero renegar de sus virtudes y sus defectos. ¡Naturalmente que soy andaluz! Es mi tierra, mi luz, mi carácter, mi sentimiento. Pero, y lo digo con toda la humildad, me encantaría pasar como un poeta con las únicas fronteras de su obra, simplemente. Los adjetivos, que me los cuelguen tras leer mis versos.
P.- ¿Qué te hubiese gustado contar en un poema pero que todavía no has conseguido expresar, porque aún no has encontrado las palabras adecuadas?
R.- Uffffff… La verdad, para lo que no tengo palabras es para contestar a esta pregunta. Personalmente, me limito a aprender y avanzar con cada verso que compongo. Hoy día escribo poemas que me hubieran resultado inimaginables de concebir y plasmar cuando comencé a tomarme en serio la lírica. Y creo que esto mismo le ha ocurrido, le ocurre y le ocurrirá a cualquiera que se enfrente a un papel en blanco sólo con su imaginación, su capacidad y su estilo. Supongo que sólo el tiempo tiene la respuesta.
P.- ¿Cómo ves el presente y el futuro de la poesía?
R.- La Poesía existirá siempre, como existirá la condición humana. Mientras las personas vivan, sientan, sueñen o piensen, la Poesía estará presente. Los medios para expresarla y divulgarla pueden cambiar y evolucionar, pero eso no importa, y a quien se sienta algo poeta, no debe importarle nunca. La Poesía es el arte de convertir un sentimiento propio en una emoción ajena. No hay ni más, ni menos. O eso es lo que prefiero creer.
P.- ¿Estás escribiendo más poemas después de Cuentas pendientes?
R.- Desde luego. La actualidad y mis emociones continúan dándome mucho juego. Sólo pido poder terminarlos con toda y verdadera convicción, con absoluta dedicación y con la mayor belleza que me sea posible. Amén.
Esto ha sido la entrevista al escritor Fernando de la Rosa tras publicar un libro Cuentas pendientes con la Editorial Poesía eres tú