de Martín Paredes Aparicio.
Editorial Poesía eres tú. Colección “Poesía eres tú”.
80 páginas.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Jaén, Martín Paredes Aparicio (Jaén, 1975) es una voz emergente en el actual panorama de las letras andaluzas. Textos suyos han aparecido tanto en antologías como en revistas digitales, y 2016 fue el año en que, además de alzarse con el Premio “Cofrade”, organizado por Diario Jaén, pudo ver editado un primer poemario de su autoría, Versos de Vida y Alma. Ahora sale al encuentro de los lectores un segundo libro, La voz de los callados, que ha confirmado plenamente las impresiones generadas en torno a su primera publicación. Según ha dejado escrito Luis Antonio González Torres, “el lector de la poesía de Martín Paredes se ve inmerso en un camino donde divisa claramente unos paisajes perfilados y reconocibles. Con un lenguaje directo y sencillo, sin ser contrario a la elegancia (…) El poeta realiza auténticos malabares con el tiempo, apremiándonos a veces, deteniéndonos otras en seco”.
El trabajo literario de Martín Paredes Aparicio, más aún en una obra como La voz de los callados, pone el acento en la inquietud cívica que viene a recordarnos una premisa ética fundamental, amén de ciertamente fecunda: que el ser humano es un ser social. Y de ahí la mirada al desvalido o al indigente –“Agazapado en tu banco. Solo con un litro que calma la sed de tu alma (…) / Ser invisible es tu destino. / La plaza en la que descansas es un cuadro que nadie mira”-, y también a realidades más excepcionales, aparentemente menos cercanas y cotidianas pero de terrible frecuencia y gravedad, como el drama de los refugiados –en este caso, la situación que afecta a los desplazados de Siria-. De cualquier modo, la poesía de Martín Paredes no se caracteriza por la oscuridad y el pesimismo. La visión de la Naturaleza resulta confortadora –“Siempre amanece una luz en la cima de una montaña”-, y en el poema titulado “Puesta de sol” podemos leer estos versos altamente significativos, casi de redención a través del hecho literario: “Aún existe la esperanza: el hombre ciego quizá pueda ver. / No hay luz más fuerte que la de este poema”.